lunes, 23 de febrero de 2009

Se perfilan las fuerzas políticas, se empiezan a tejer alianzas y estrategias…

Vistas las elecciones de este año como una prueba para los comicios presidenciales de 2011, las diferentes fuerzas políticas empiezan a tejer alianzas a la luz de conformar una fuerza opositora, alternativa al gobierno de Cristina Kirchner.
Claro que de figuras nuevas poco y nada, y que el reflotamiento permanente de viejos personajes, con sus reciclados y volteretas permanentes, no auguran grandes cambios en el panorama futuro. Por lo menos en lo que hace a la provincia de Buenos Aires, donde reaparecen los nombres de antiguos fracasos gubernamentales, como Eduardo Duhalde, Felipe Solá o Carlos Ruckauf. Los más jóvenes, como Mauricio Macri (junto a su padre viejo aliado del ex intendente Grosso en la Capital Federal), y Francisco de Narváez (que cuenta en su haber el aporte de sus millones de la venta de casa Tía a la campaña electoral de su mentor, Carlos Menem, allá por el 2003), también tienen su historia.
En el medio, Carrió y el radicalismo intentan una difícil alianza con el socialismo, a la espera de sumar a algún radical kirchnerista desencantado, y sin tener claro todavía qué sectores de la alianza de la derecha irán para su campo.
Mientras que a la izquierda, los descontentos del ARI por la derechización de su antigua jefa (hoy en el SI), más los centrifugados del kirchnerismo y los sectores sociales y políticos agrupados en organizaciones de todo tipo, pueden jugar algún papel en cuanto se unan desde una posición propia, o bien apoyen a alguna de las alianzas que finalmente se disputen el poder real.

Cada uno es cada uno
En la provincia, la fuerza principal del kirchnerismo intentará por todos los medios conservar la importante mayoría legislativa propia que hoy posee. Como ya se sabe, la provincia de Buenos Aires constituye la primera fuerza electoral del país con 38% de los electores, por eso es vital, para cualquier fuerza opositora lograr acercar diferencias para disputar con mayor éxito la campaña presidencial del 2011.
Por ahora, tres son las fuerzas con mayores posibilidades. Los mencionados Solá, Macri, De Narváez, quienes ya conformaron su alianza, peléandole al kirchnerismo su base peronista, pero desde su costado derecho, con recetas económicas muy cuestionables y con posibilidades no tan visibles de ganar a los sectores más empobrecidos de la población. Su apoyo a los patrones del campo, y el aval que puedan lograr en ese sector puede ser de cierta importancia por su poder económico y su llegada a los grandes medios de difusión (hoy convertidos en sus máximos propagandistas), pero difícilmente logren atraer a los sectores más postergados, que conforman un importante caudal electoral.
También, casi la derecha del gobierno, aunque con una apariencia más progresista, se presentan las huestes de Elisa Carrió (quien no parece dispuesta a pagar el costo de una alianza con Macri), prácticamente en comunión con el radicalismo de Margarita Stolbizer y del dirigente rural Mario Llambías. Un espacio que comparten Patricia Bullrich y el radical Gerardo Morales (antiguamente enfrentado con Stolbizer), que podría llegar a sumar tal vez a otros radicales, como el venido a menos López Murphy y hasta el mediático Julio Cobos, si finalmente no encuentran lugar en la alianza neomenemista. La pata más progresista podría aportarla el Partido Socialista (quien tiene en el gobernador santafesino Hermes Binner un excelente candidato para el 2011), aunque en cada provincia optaría por perfiles diferentes, en su estrategia de fortalecer una candidatura propia para el 2011.
Además de estas tres fuerzas, posiblemente mayoritarias, existen otros sectores político-sociales que pueden pesar más o menos, especialmente en una elección exclusiva para cargos legislativos. No se pueden descartar sectores como el de Solidaridad e Igualdad (SI) desgajados del ARI, con la anunciada candidatura de Carlos Raimundi; a Pino Solanas; de muy buena elección en la provincia en 2007; y de otros grupos críticos, ex aliados del oficialismo, además de sectores vecinalistas y sociales, con aspiraciones independientes en los municipios de la provincia.
Los próximos meses serán esenciales para ir fijando posiciones y alianzas y para que se vayan perfilando candidatos de todo pelaje en cada uno de los 134 municipios de la provincia y en particular en los del cinturón que rodea a la Capital, algunos de ellos con mayor cantidad de votantes que varias de las provincias argentinas.

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